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CONTAME TU PENA

NUESTRA CHICA DE TAPA

GRANDEZAS Y MISERIAS DE CIVILES Y MILITARES

PASAN COSAS

ORIGENES

RIDIGAS: 30AÑOS DE LIDERAZGO

Su DESTINO en el HOROSCOPO

   

Editorial

LAVARSE LAS MANOS

En sus excursiones sexuales por el norte de Africa, el escritor André Gide solía decirle a los chicos con quienes se solazaba en la intimidad: “Tú no tienes por qué saberlo pero en Francia soy un escritor muy conocido, muy famoso… Cuando conozcas a otros franceses, cuéntales que has estado conmigo para que vean que conoces a gente importante, para que te respeten”. Impresionados, agradecidos por la cortesía, los chicos no vacilaban en pedirle su nombre para pregonar que habían estado entre las sábanas con un personaje prestigioso. El afable y calvo señor de lentes respondía invariablemente: Francois Mauriac. Gide, por si fuera necesario aclararlo, jamás ocultó su condición de pedófilo, pederasta y homosexual. Mauriac, la víctima de su cruel humorada, en cambio, reflejó en cada novela sus profundas creencias religiosas eligiendo como temas las cuestiones morales y el anhelo de la humanidad por una vida espiritual, resaltándola por encima de los placeres de la carne.
En 1933 fue elegido miembro de la Academia Francesa y en 1952 recibió el Premio Nobel de Literatura, galardón que Gide había obtenido en 1947, cuatro años antes de su muerte. No se sabe si Mauriac conoció esta maliciosa jugarreta de su colega, pero la experiencia nos sirve como punto de partida para explorar en ese submundo pernicioso y nauseabundo de los chismes a los que suscribimos con asombrosa devoción.
Los rumores suelen ser tan implacables como feroces. De alto poder destructivo. Las habladurías suelen compararse con un virus informático enviado con una clara intención dañina. Otros le endilgan la fuerza perversa de la magia negra. Gide, en definitiva, es la cara visible de una práctica que, con sus diversos matices, sintetiza el espíritu colectivo de mucha gente que utiliza ese recurso para destilar su rabia, celos, envidia u odio. Porque en la farragosa rutina del chismorreo solamente se ventilan sucesos que perjudiquen al protagonista. No se conocen historias de alabanzas o de elogios que hayan tomado estado público por medio de este circuito marginal que tanto nos cautiva. Y no es menos cierto que estas infidencias, a menudo recitadas entre susurros, elevan su nivel de interés cuanto más conocido es el destinatario de las infamias. Así será más preciado el que involucre a una diva del espectáculo, un funcionario, un deportista o a una relevante figura eclesiástica. Cuanto más encumbrado, más atractivo. Cuanto más insidioso, más altisonante. Y si invade intimidades, mejor todavía, porque alcanzará el rótulo de escandaloso. Hay quienes se han especializado en esta práctica. Suelen jactarse de su pericia. Son ávidos buceadores de las supuestas inconductas ajenas. Exultantes peritos en el arte se socavar rincones privados. En algunas tribus indígenas, la principal actividad diaria de algunos miembros consiste en llevar y traer noticias personales: un enfermo, una caída, una discusión entre cofrades, pequeñas y grandes catástrofes domésticas. En la sociedad occidental también podemos reconocer agentes inescrupulosos que cumplen las mismas funciones. Novedosos enfoques científicos le asignan a la murmuración una utilidad social trascendente, al punto que se habla de la “importancia de un buen nivel de chusmerío”. Hay académicos que proclaman el sueño de las viejas chismosas: ahora, según estos analistas, ocuparnos de la vida de los demás ha devenido en “una sana práctica”. Al parecer, el chisme difunde información que expande nuestra conciencia social, crea lazos afectivos y cultiva redes de relaciones indispensables para nuestra existencia social.
En la murmuración masiva quizás esté el futuro del chisme. Una sociedad que desvíe su atención de los conflictos medulares que la azotan para menoscabarse en el ejercicio ordinario de enfrascarse en los ditirambos amorosos, en las debilidades y adicciones del vecino, en los jolgorios de alcoba, en el mal gusto por la elección de un vestuario, en sus penurias económicas, en su paso por el quirófano, en los desaguisados familiares y en todas las parafernalias con las que podamos regodearnos para ensalzar este hábito que nos apasiona. Siempre bajo la cubierta protectora de la impunidad, que se convierte en un cómplice preciado y nos exime de todo riesgo.
Hoy, el viejo e inofensivo chismorreo de las comadres de barrio ha dejado los recoletos y mansos escenarios de antaño para treparse a proscenios codiciados, glamorosos y destellantes. Nadie puede ignorarlo. Nadie puede eludirlo. Nadie desea combatirlo. Todos, al fin de cuentas, alternamos entre víctimas y victimarios. Los padecemos, los usufructuamos, nos duelen, nos deleitan, nos conmueven, nos atormentan, nos perturban, nos encolerizan. Todo, menos resultarnos indiferentes. Están ahí, en el escaparate público. En la ventana indiscreta de este tiempo desprejuiciado, indolente y confuso que se ha transformado en un gigantesco, turbulento, irredento y divertido conventillo. Gide, en todo caso, podría atribuirse su condición de pionero.

Cuando en agosto de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, miles de argentinos que estaban de vacaciones en Europa disfrutando de la bonanza económica que los acompañaba por aquellos días, abandonaron las grandes capitales para seguir disfrutando de sus vidas esplendorosas en ciudades más pequeñas y seguramente más tranquilas como Biarritz o Deauville en lugar de la ya incómoda París. A pesar de que pertenecían a una nación que se había declarado neutral en el conflicto, no podían evitar que los detuvieran cuando cruzaban fronteras o incluso en el trayecto entre dos ciudades de un mismo país, para revisarles sus pertenencias y chequear su documentación personal. De ahí que resultara imprescindible llevar en mano el pasaporte que los acreditara como ciudadanos de una tierra ajena a la beligerancia internacional. Entonces, toda vez que un piquete militar detenía a nuestros compatriotas, ellos no dudaban en clamar a viva voz su origen: “¿Yo? ¡Argentino!”, que tenía el efecto balsámico de un salvoconducto. La frase, a casi un siglo de su génesis, se sigue aplicando, aunque ahora –y desde hace ya largos años– su intención sea distinta a la de aquellos tiempos turbulentos, a pesar de que conserve cierta analogía. Porque el “¿Yo? ¡Argentino!” define que uno no tiene nada que ver con el problema, si bien a menudo desconozca lo que está sucediendo y floten algunas dudas con respecto a si en rigor estamos exentos de toda responsabilidad. Pero siempre es mejor que la culpa la carguen otros mientras nosotros seguimos gozando de esa extraña franquicia que nos permite salir indemnes en todos los momentos críticos.

Los problemas de la Argentina se originan en varias causas y sus raíces son tanto morales como culturales. Están relacionados con algunos valores, creencias, normas y hábitos arraigados íntimamente en nuestra sociedad, que influyen sobre nuestro modo de ver y hacer las cosas como individuos o grupos, en la actividad económica, las instituciones gubernamentales o en la sociedad civil. Reconoce ciertos factores fundacionales como la acendrada falta de respeto por los demás y la indiferencia por el bien común, en un marco de intereses personales, sectoriales y corporativos. Alrededor de estas actitudes se imbrican una serie de manifestaciones habituales que la constituyen y contribuyen a hacerlas perdurables. Una es la corrupción, que se expande en todas las instituciones, adoptando la forma de prebendas, apropiación directa o indirecta de los fondos públicos, clientelismo, errónea asignación de los recursos estatales y pingües beneficios de los funcionarios de turno en desmedro y perjuicio del interés colectivo. Luego (o simultáneamente) deberíamos hablar del individualismo extremo, que suele expresarse en una acentuada desconfianza hacia los demás y poca (o nula) capacidad para asociarnos y cooperar en objetivos comunitarios. La confianza interpersonal resulta un componente clave del capital social, que es decisivo para el desarrollo económico y el buen funcionamiento de las instituciones democráticas, aunque a menudo lo ignoremos. Otro elemento coadyuvante es la anomia o debilitamiento de la moralidad común, como desviación social en forma de comportamiento que se aleja de las normas, leyes y principios básicos generalmente aceptados en una sociedad organizada. Se traduce en la omisión, alteración o reemplazo de las normas de acuerdo con la conveniencia de algunos, que generalmente son los dueños del poder, sus beneficiarios, sus cómplices, sus secuaces o sus aliados.
Ese hábito recurrente de culpar de nuestros problemas al prójimo es, tal vez, la expresión cultural que más daño nos causa, no sólo porque fomenta la paranoia y enajena el pensamiento y la acción, sino porque concede un pertinaz permiso para la autoindulgencia, es decir, para concedernos ese malicioso y fingido  privilegio de considerar que no somos culpables de nada. O, dicho en criollo, de lavarnos las manos frente a tanto dislate cotidiano.

El Director

 

   
CONTAME TU PENA
   

“Cada cual tiene su pena / y nosotros las tenemos…” (del tango “Los mareados”, de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo. 1942) son dos versos sin tacha, definitivos y absolutos en su simplicidad aparente. Eso de la pena es un secreto argentino. ¿Quién se atreve a reconocer  la tristeza profunda, el desasosiego sin límite, el infortunio demoledor? El imaginario colectivo cimentó frases emblemáticas: “Conocerás a tu amigo en las penurias” o “Amigo es el que queda cuando todos se van”. ¿Pero ocurre?
Eduardo Mallea (Bahía Blanca, 1903 - Buenos Aires, 1982) escribió en “Historia de una pasión argentina” (1937): “La peor, la más nociva, la más condenada de todas las personas actuantes en la superficie de la Argentina es la persona que ha sustituido su vivir por un representar”.
Admite que sólo en la soledad el hombre se encontrará a sí mismo y podrá acceder al prójimo y acompañarlo en sus desventuras. Pero admitamos que la melancolía es como una lepra social para el que prefiere disfrazar sus desencantos con compulsiones negadoras de la realidad como la de adquirir objetos de consumo o reírse sin alegría, si de simular contento se trata. Ya Mario Benedetti nos había advertido: “No te quedes inmóvil / al borde del camino / no congeles el júbilo / no quieras con desgana /no te salves ahora / ni nunca / no te salves / no te llenes de calma / no reserves del mundo / sólo un rincón tranquilo / no dejes caer los párpados / pesados como juicios / no te quedes sin labios / no te duermas sin sueño / no te pienses sin sangre /no te juzgues sin tiempo / pero si / pese a todo / no puedes evitarlo / y congelas el júbilo / y quieres con desgana / y te salvas ahora / y te llenas de calma /y reservas del mundo /sólo un rincón tranquilo / y dejas caer los párpados / pesados como juicios /y te secas sin labios / y te duermes sin sueño / y te piensas sin sangre / y te juzgas sin tiempo / y te quedas inmóvil / al borde del camino / y te salvas / entonces / no te quedes conmigo”.
Permitirse asumir la desazón del otro es un compromiso vital sin atenuantes, y escucharle las desventuras, una virtud humana esencial. La obligación de mentir contento para no ser descartable, es casi un vicio nacional, y es así, como  el camarada de las diversiones, se asombrará ante el esbozo de una tímida calamidad y pedirá otra copa de champaña como si se distrajera antes de enjugar la lágrima contenida de un prójimo cercano. ¿Se distrae?
Ya Enrique Santos Discépolo, (1901-1951), fundamentalmente un filósofo, había dicho que las mesas del Cafetín de Buenos Aires, eran lo “único en la vida que  se pareció a mi madre”: permitían llorar y no hacían preguntas.
Hay aldeas rusas donde los vecinos y parientes se encuentran una vez por semana para llorar sus amarguras y luego comer y beber opíparamente. No es casual. ¿Por qué nos prohibieron llorar salvo para el entierro de un ídolo? ¿Por qué es síntoma de integridad moral permanecer incólume ante el último adiós a un ser querido?
Contar con otro para desgranar las penas, es privilegio y premio infrecuente. Desahogarse sin falsos orgullos ni inútiles pudores, no está sólo destinado a los estudiosos de la mente. Un brazo sobre el hombro aportará el poder hercúleo de descartar lo inhóspito del desaliento y lo taciturno del quebranto.

Animarse a decir “contame tu pena”, es transformarse en ese argentino invisible al cual, con tanta certeza, Mallea describe: “...continente grave sin solemnidad; silencioso sin resentimiento; alegre sin énfasis; activo sin angurria; hospitalario sin cálculo de trueque, naturalmente pródigo; amigo de los astros, las plantas, el sol, la lluvia y la intemperie; pronto a la amistad, difícil a la discordia; humanamente solidario hasta el más inesperado y repentino sacrificio; lleno de exactas presciencias y zumos de sabiduría; simple sin alarde de letras; justo de fondo, más amigo del bien directo, de la ecuanimidad de corazón que del prejuicio teorizador; viril, templado en su vehemencia, tan morigerado en la vida -morigerado en su codicia- que no le espanta con su ademán la muerte pues nada le arrebata que él no haya ofrecido antes con humana dignidad...”
              

Noemí Carrizo

 
 
NUESTRA CHICA DE TAPA
 
 

 

Estudiante avanzada de abogacía en la Universidad de La Matanza, Carla Gimena Bazán siente que su pasión por el derecho corre paralela con la que siente por el mundo del espectáculo, algo así como una asignatura pendiente que está a punto de retomar. “Cuando tenía entre 10 y 11 años mi mamá me inscribió en una escuela de modelos llamada Fashion Class, así que tema me interesó desde chiquita. Hasta hace unos años también trabajé como promotora y por mi vinculación con River Plate, club del que soy socia, participé en varias actividades organizadas por el Departamento de Cultura, aunque en este caso bailando música brasileña y reggaetón”, nos cuenta Carla en su diálogo con HECHOS & PERSONAJES. Vecina de La Tablada, la protagonista de nuestra portada nació el 27 de noviembre de 1986. Mide 1.58 y sus medidas son 85/60/87. Los ratos libres –además de sus estudios universitarios completó una tecnicatura en prevención de adicciones- son para el gimnasio, la música y la buena lectura, sin dejar de lado las frecuentes visitas al estadio Monumental para seguir al club de sus amores. “Me propuse retomar lo que empecé hace más de una década, ahora con una perspectiva diferente y con mayor experiencia. Mis expectativas tienen que ver con la televisión y la publicidad, aunque todo lo que rodea a este universo me interesa. El tiempo tendrá la última palabra”, resume convencida de que está dando los primeros pasos para iniciar un camino diferente.

 

 

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GRANDEZAS Y MISERIAS DE CIVILES Y MILTARES
 

40. RECUERDOS QUE CONDENAN
Enero de 1981. Moria Casán y Susana Giménez coinciden en Mar del Plata como protagonistas del espectáculo “No rompan las olas”, junto a Jorge Porcel. La revista Gente las reúne para una nota que lleva por título “Hijas de la misma espuma”. Las dos posan sonrientes en el último verano de la “plata dulce”. Tratan de hilvanar frases ingeniosas para cumplir con la nueva imagen de las vedettes: no sólo pulposas y desafiantes, sino también autosuficientes e inalcanzables en su pedestal de sabiduría. Moria arriesga: “Somos un país de cabotaje” y no discrepa con la mano dura de los militares que tienen en Videla a su máximo representante en el poder, “porque todavía no estamos maduros para votar”. Susana elude el tema hasta donde puede, porque “no es conveniente una identificación política. Una pertenece a todo el mundo. Si tuviera que elegir algo diría que soy conservadora o radical. Peronista, no. Zurda, menos”.
Moria cuenta  que tiene estudios universitarios inconclusos y que lee varios libros al mes. “Su” asegura que es muy natural y directa. Las dos hablan enfáticamente cuando surge el tema que más les apasiona: el dinero. La morocha opina que su meta es ser rica: “Pienso tener toneladas de guita, como el Tío Patilludo, pero no para gastarla en la que gente que me rodea. Los que me rodean, que paguen”. La rubia describe sus preocupaciones sociales: “Antes, un tipo tenía una fábrica y podía triunfar. Ahora cierra todo, hasta Sasetru, fijate”. Moria habla del futuro. “No pienso ser una viejita, sino una señora grande”. A su compañera de escenario, en cambio, le preocupa más el presente: Mi proyecto de vida, hace diez años, era llegar a esto. Ahora que lo tengo... ya no me hace feliz totalmente”.
La nota del semanario las consagra “reinas de esas playas” porque están al frente de la taquilla. Susana Giménez festejaría sus 36 años el 29 de enero. El 16 de agosto de ese año, 1981, Ana María Casanova (Moria) cumpliría 33. Ningún famoso resiste un archivo.

 

41. PRIMER DESAPARECIDO POLITICO
Bajo el título “Como en Chicago”, el diario El Mundo publicó el 25 de agosto de 1962 la siguiente noticia: “Rarísimo suceso en Flores Norte, que la policía dice ignorar. Frente al 1776 de Canalejas, a las 23:30 del jueves, un hombre fue secuestrado. Desde hacía varios días, había autos sospechosos en las inmediaciones. Una estanciera gris frente a aquel número; un Chevrolet verde en Canalejas y Donato Álvarez. Y un Fiat 1100 color claro, en Trelles y Canalejas. Dentro de ellos, varios hombres. Y otros, en las inmediaciones de los coches. A la hora citada, el automóvil de Donato Álvarez hizo guiños con los focos, señalando el avance del hombre. Le respondieron, y todos convergieron sobre él. Se le echaron encima y lo golpearon. Y pese a que se aferró con manos y uñas al árbol que está frente al número señalado, lo llevaron a la estanciera gris, que partió velozmente con las puertas abiertas”. La información también señalaba que varios vecinos, alarmados por los gritos, se acercaron al lugar. Un hombre armado con una pistola 45 los amenazó: “Esto no es para ustedes. Píquenselas si no quieren ligarla”. Se tuvieron que ir, pero avisaron a la policía. Al día siguiente, un cronista de El Mundo preguntó en la comisaría 50a. “Es la primera noticia que tenemos”, le dijeron. El secuestrado se llamaba Felipe Vallese, tenía 22 años y trabajaba como obrero metalúrgico. Era peronista. Fue el primer desaparecido político de la Argentina. Había nacido el 14 de abril de 1940 en el barrio de Flores. En 1957, Felipe comenzó a cursar en una escuela secundaria nocturna y a ganarse la vida como operador de máquinas en TEA (Transfilación y Esmaltación de Alambres). Al año siguiente, lo eligieron delegado sindical con apenas 18 años. En febrero de 1958 desobedeció, como tantos otros, la orden de Perón de elegir a Arturo Frondizi para presidente y optó por votar en blanco. Ese año participó de las movilizaciones estudiantiles en favor de la enseñanza laica y fue expulsado del colegio. También marchó preso a la cárcel de Caseros por organizar una huelga. Lo arrestaron nuevamente en enero de 1959, en este caso por respaldar la huelga del frigorífico Lisandro de la Torre, en el barrio de Mataderos. Fue enviado a un buque-cárcel de la marina junto con dirigentes más veteranos, como Sebastián Borro y Armando Cabo. En abril de 1959, representantes de diversas agrupaciones juveniles peronistas realizaron una asamblea general en el Sindicato de Empleados de Farmacia, cedido por Jorge Di Pascuale, el joven conductor del gremio. En ese encuentro quedó constituida la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista, integrada por Gustavo Rearte, Héctor Spina, Tito Bevilacqua, Tuli Ferrari y Felipe Vallese. A mediados de marzo de 1962, la Resistencia Peronista realizó atentados contra objetivos económicos en distintas ciudades del país, como el incendio de tanques de petróleo de la empresa Shell en Córdoba. Frente a la proliferación de estos episodios, el gobierno de Arturo Frondizi decidió aplicar con intensidad el Plan de Conmoción Interna del Estado (Conintes). Casi cuatro mil personas fueron detenidas, en su gran mayoría militantes peronistas que, paradójicamente, habían contribuido con sus votos al ascenso de Frondizi al poder. Entre los jóvenes militantes apresados y condenados a prisión están Dardo Cabo, Carlos Alberto Burgos, Gustavo Rearte, Tuli Ferrari, Héctor Spina, Jorge Rulli, Envar el Kadri y Felipe Vallese. Casi todos ellos, con el paso de los años, se convertirían en figuras históricas de la Juventud Peronista, asociados a su etapa más combativa.

Italo, el hermano de Felipe narró con estas palabras aquellos sucesos: “El 23 de agosto de 1962, siendo aproximadamente las 23, Felipe salió de su casa en Morelos y Canalejas (hoy Felipe Vallese). Se dirigió por Canalejas hacia la calle Caracas. Al llegar a la altura de Canalejas al 1776, fue interceptado por varios hombres. Se aferró a un árbol, tratando de aferrarse a la vida, como presintiendo que podía ser su último acto, como ya se lo habían advertido en otras oportunidades, y pidió ayuda. Lo golpearon para que se soltara, lograron reducirlo e introducirlo en una estanciera”.  Simultáneamente, en Plaza Irlanda, a pocas cuadras, otro grupo levantó al propio Ítalo. Ambos fueron trasladados a la comisaría 1a de San Martín (provincia de Buenos Aires), donde en días posteriores cayeron detenidos otros compañeros, compañeras y amigos de Felipe. En esta seccional fueron torturados y vejados. El 3 de septiembre fueron “blanqueados”, bajo los cargos de que Felipe poseía panfletos, libros y propaganda peronista. El caso tomó estado público por la desaparición de estas personas. Dos jueces se hicieron cargo del caso, declarando falsas las acusaciones y, después de tres meses de estar detenidos, torturados y humillados, fueron dejados en libertad. Pero Felipe Vallese no estaba entre ellos. El principal sospechoso de la muerte de Vallese resultó el oficial sub-inspector Juan Fiorillo, jefe de la Brigada de Servicios Externos de la Unidad Regional San Martín, que entonces tenía 31 años. Mientras la familia y los amigos buscaban afanosamente a Felipe, el Ministerio del Interior informaba a los medios de comunicación que “el sumario administrativo arribó a la conclusión de que Vallese no estuvo nunca detenido en San Martín ni en ninguna otra dependencia subordinada a la jefatura de La Plata”

 

 

42. MANTEQUITA Y LLORON
El 30 de octubre de 1983, después de más de siete años de dictadura militar, los argentinos recuperábamos la democracia. Los resultados de las elecciones fueron contundentes: el binomio Alfonsín-Martínez se alzaba con el 52 por ciento de los sufragios (7.500.000 votos), abatiendo por primera vez en las urnas al justicialismo. Antes de ese triunfo, Raúl Ricardo Alfonsín había manifestado claramente su visión sobre el poder sindical, de reconocida filiación peronista: “Y en cuanto al sindicalismo, queremos un sindicalismo fuerte, capaz de defender como corresponde los intereses de los trabajadores, pero alejado de cualquier compromiso o sector corporativo, alejado del compromiso con cualquier partido y también con el gobierno, obviamente con las empresas. Creemos en un sindicalismo absolutamente democrático y no como se están reorganizando hasta ahora, de arriba para abajo, con comisiones normalizadoras que no figuran en la ley, que colocan a los dirigentes anteriores en esas comisiones para estructurar una organización sindical que no es absolutamente democrática”, tal lo publicado por la revista Entrelíneas en una entrevista fechada el 18 de mayo de 1983. Con ese espíritu, su primer ministro de Trabajo, Antonio Mucci, elaboró la Ley de Reordenamiento Sindical que intentaba quitarle a la CGT, entre otras cuestiones, el control de las obras sociales y que las minorías estuvieran representadas en las conducciones sindicales. Pero la iniciativa fracasó, en parte por la cerrada oposición del Senado controlado por la mayoría justicialista, y también por la movilización gremial motorizada por la CGT acaudillada por el dirigente cervecero Saúl Eldover Ubaldini. El 13 de septiembre de 1984 tuvo lugar el primer paro nacional, al cual seguirán otros doce. Antes de la movilización del 13 de junio de 1986, el presidente Alfonsín calificó al dirigente gremial de “mantequita y llorón”. Rápido de reflejos, en el palco de espaldas a Plaza de Mayo, Ubaldini le retrucó: “Tiene razón el presidente Alfonsín que a veces me embargan las lágrimas. Pero llorar es un sentimiento, y mentir es un pecado”.
El 8 de noviembre de ese año fue normalizada la CGT después de una década de intervención y Ubaldini fue elegido secretario general.

   


Andrés Salazar
(continúa en la próxima edición)

 
RIDIGAS: 30 AÑOS DE LIDERAZGO
 
Horacio y José frente al local al que le dieron vida en 1980
y que hoy le llena de felicidad y legítimo orgullo.
 

“Sinceramente no me di cuenta de que haya pasado tanto tiempo. Uno toma conciencia cuando se pone a pensar en el tiempo transcurrido. Siempre mantuvimos una misma línea a la hora de manejarnos con nuestros clientes, por eso celebramos este aniversario con la sensación del deber cumplido”, asegura Horacio Di Feo. Mientras que su socio José Rial comenta que “lo fundamental para llegar a tantos años de trabajo es que siempre fuimos muy conservadores y ordenados en la forma de administrar el dinero”.
Tanto Horacio como José son los máximos responsables de Ridigas, comercio que se dedica a la venta de artículos para el hogar y productos vinculados con el gas y la plomería. El pasado 15 de junio cumplieron treinta años ininterrumpidos desempeñándose en estos rubros, habiendo alcanzado un incuestionable liderazgo.
“Trabajábamos como empleados en un local de reparación de calefones ubicado en la zona de Almagro. Llegó un momento en que nos negaron un aumento salarial. Nos decían que no había dinero, pero los dueños, paradójicamente, se habían ido de viaje a los Estados Unidos y Canadá. Entonces nos pusimos los dos de acuerdo y coincidimos en que era el momento de independizarnos. Sentimos que ya no más oportunidades para progresar en ese local y decidimos irnos”, explican en la charla con HECHOS & PERSONAJES evocando aquellos días que precedieron al nacimiento de la nueva empresa.
Ridigas se encuentra ubicado en Humboldt 2483, aunque inicialmente estuvieron ubicados a pocos metros. En el año 1980, luego de buscar y recorrer encontraron un local amplio, también sobre Humboldt, casi en la esquina de la avenida Santa Fe, donde actualmente  hay un edificio. “Era antiguo, con dos vidrieras y dos puertas, estilo almacén. Mercadería teníamos poco y nada, así que comenzamos haciendo principalmente arreglos de calefones y estufas. Poco tiempo después nos mudamos al local donde estamos”, comentan con comprensible nostalgia.
Ambos coinciden, sin dudar, a la hora de enorgullecerse con este proyecto que iniciaron con el dinero justo, apostando por su trabajo sin créditos ni préstamos de por medio. Rial ejemplifica esta situación contando que “vivía con mi madre, mientras que Horacio junto a su esposa y tres hijos se la arreglaban en un departamento de un solo ambiente. Los ahorros que teníamos los invertimos en el local, dejando para otro momento la necesidad de Horacio de tener una vivienda más amplia. Incluso teníamos un auto cada uno. El mío era un Fiat 600 y él disponía de un Ford Fairlaine. Decidimos vender el coche de Horacio y ambos movilizarnos con el inolvidable ‘Fitito’. Nuestra audacia fue determinante”.  
Otro punto que rescatan los titulares de Ridigas es que jamás tuvieron problemas entre ellos. “Más allá de algunas discusiones normales, a diferencia de la mayoría de este tipo de emprendimientos jamás tuvimos inconvenientes desde lo monetario porque gastamos lo indispensable, cosa que a menudo no suele suceder. Creemos que esto fue la consecuencia natural de la austeridad con que largamos este emprendimiento, con todos los sacrificios que hicimos para mantenernos en pie en tantos momentos difíciles que vivió nuestro país desde entonces”, afirma Horacio, quien reside en Palermo. Por su parte José, que vive en Liniers, agrega que “el primer año trabajaban también nuestras esposas, pero luego entendimos que lo mejor era que estuviéramos nosotros en el local y ellas en los hogares. Fue una fórmula que nos trajo resultados muy positivos”, destaca entre sonrisas cómplices. “Si nos tenemos que insultar entre nosotros no hay problemas porque  queda ahí, pero si están las mujeres empiezan los conflictos”, coinciden. 
El nombre Ridigas surge de los dos apellidos “Ri” de Rial y “Di” de Di Feo, añadiéndole el “Gas”, en honor el rubro pionero que siempre manejaron con excelencia. Horacio tiene 57 años y tres hijos, mientras que José suma 67 de edad y cuenta con cuatro herederos.   
El liderazgo en la materia está fundamentado en que “nosotros atendemos de una manera que tal vez  no sea muy comercial porque no trabajamos para vender sino para asesorar a la gente y además venderle. Brindamos un servicio y no engañar a nadie. Comercialmente no sé si éste es un negocio brillante, pero estamos convencidos de que ganamos en tranquilidad y eficiencia”, comenta Horacio Di Feo.
Para la atención del cliente cuentan con dos empleados idóneos en el tema que los acompañan desde hace veinticinco años. También reciben la colaboración permanente de los hijos de cada uno. “Este negocio es parte de mi vida porque pasé y paso gran parte aquí adentro. Ridigas es todo para mí porque lo hice de abajo junto con José. Y sabemos que las cosas que se hacen a pulmón generan otro placer. Cuando apostamos por nuestra independencia laboral sabíamos que había que salir sí o sí adelante.  Lo logramos y nos dio la gran posibilidad de vivir mejor. Por eso estamos orgullosos de haber tomado aquella decisión”, cuenta Horacio. Y José añade: “Fue nuestra gran oportunidad para mejorar económicamente. Vivimos de esto y no nos quejamos. Lo importante es no irse de mambo y conocer los límites. Tirar para delante, llevarse bien y no hacer barbaridades en cuanto a los gastos. Y siempre manteniendo un trato cordial, respetuoso y honesto con los clientes. Estas son nuestras premisas fundamentales. A las que nunca renunciaremos”.

Guido Cristiani

 

 
 
PASAN COSAS
 

 LOS DIAS FELICES
En primer lugar saldamos nuestra deuda con la tarotista María Varela, quien cumplió años el pasado miércoles 7. El último tramo de julio y la primera parte de agosto, ya ingresando en territorio leonino, nos acerca los nombres de Mabel Martínez, quien apagará velitas el miércoles 21. Seguimos con la siempre inquieta Caterina Victoria Rolleri, ahijada del fundador de HECHOS & PERSONAJES (el 25), Carlos Bustos, de Fast Propiedades (el 26), Nahuel Rubio (el 27), María Markesini (el 30) y el profesor de saxo Paul Viparke (el 31). La nómina de agosto comienza nuestro dilecto amigo Ricardo Guazzardi, puntal de radio Rivadavia, quien estará de parranda el lunes 2 de agosto. Continuamos con Ahmed Hassani, capitoste del restorán internacional Malakeh (el 4), Luis Noguerol, pope de Remises Palermo, al igual que Víctor Ferreyra (el 5) y Daniel Guerrero (el 7). Un día más tarde el agasajado será Nahuel David Bergon, quien arriba a los 12 añitos, mientras que el 9 será el turno del doctor Norberto Furman. El martes 10 sonarán pitos y matracas acompañando el festejo del productor artístico Jaime Kass. Cuatro días después los besos y regalitos serán para Natalia Rubio, el 15 le toca a Dianela Gapezzani, el 16 a Alejandro Martínez, de la Cerrajería Benicio, y el 17 a Carlos Meza, mientras que el 18 será muy especial para Rosa Ricci, responsable de la agencia de viajes y turismo Cisplatina. La lista se completa con tironcitos de orejas para Raúl Osvaldo Rubio, titular del restorán Gran Tuffi, en consonancia con Mario Berardi y Leticia Gourdin (el 19), y la profesora Amalia Migliano (el 20). Para todos ellos vaya el tradicional augurio que incluye nuestros mejores deseos. Y tengan en cuenta que se avecina el Día del Niño, momento oportuno para agasajarlos con buenos regalitos. En las páginas de esta revista y en nuestro programa radial encontrarán múltiples opciones para obsequiarles una merecida sonrisa.

 GANADOR DE JUNIO
El 31, la luz en la jerga quinielera, que encabezó la nómina de números en el sorteo del pasado sábado 19 de junio, llevó la buena fortuna hasta Ariel Rebagliati, titular de Rebagliati Publicidad, empresa dedicada a carteles y vidrieras que difunde su actividad en las páginas de esta revista con un teléfono celular terminado en el número ganador. Para él dispusimos la entrega del libro “La intuición práctica”, de Laura Day. Las chances habrán de renovarse el próximo sábado 24 de julio, cuando suscriptores y anunciantes de nuestra revista y programa radial participen nuevamente y en forma gratuita de nuestro ya tradicional sorteo mensual. ¡Buena suerte para todos!

 PREVENIR LA GRIPE
La gripe A (H1N1) continúa entre nosotros. Por ese motivo debemos intensificar las medidas preventivas para evitar contraer y propagar la enfermedad. La Dirección General de Defensa Civil, dependiente de la Subsecretaría de Emergencias del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, les recuerda algunas medidas preventivas a tener en cuenta:
•Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o con algún producto a base de alcohol.
•En caso de tos o estornudo, cubrirse la boca y la nariz con la parte interior del codo o con un pañuelo descartable. Tirar los pañuelos descartables a la basura después de usarlos.
•Ante síntomas como fiebre, tos, dolor muscular intenso o decaimiento, consultar al médico y permanecer en su domicilio. No automedicarse ni tomar aspirina. Para más información recomendamos ingresar a la página del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires siguiendo el siguiente enlace:
www.buenosaires.gov.ar/areas/salud/gripe_a

 SABADOS DE RADIO
El programa 252, del sábado 5 de junio, tuvo como eje central a “Mujeres periodistas”. Contamos con la presencia en vivo de Pablo Silva, productor de “Nadie plancha como yo”, propuesta del Centro Cultural de la Cooperación, y de la cantante Magdalena León. Una semana después, el 12 de junio, hablamos de “El universo de los escritores”. En este caso nos acompañaron la actriz Miriam Martino y María Esther Fernández, autora y directora de “Mujeres del Bicentenario”, que se presenta en la sala teatral El Búho. El tema central del programa 254, del sábado 19 de junio, fue “Se parece a su papá”, como tributo a los padres en vísperas de su día. Nos visitaron Claudio Pazos y Carlo Argento, actor y director de “Carne sola”, que sube a escena en el teatro De la Comedia, y Teresa Donaire, quien forma parte de la fundación “Sumando manos”. El programa 255, del sábado 26 de junio, estuvo dedicado a “Lo bueno y lo malo del peronismo”. Recibimos a Romina Lonía, autora y protagonista de “Alamak”, que ocupa la cartelera de Korinthio Teatro, y a Antonio Germano, adaptador, actor y director de “Las siete plagas del inodoro”, que se presenta en Liberarte. El sábado 3 de julio, en el programa 257, hablamos de “Los profesionales de la voz”, en alusión al Día del Locutor, que se celebra ese día. Contamos con la presencia del guitarrista Javier Peñoñori y de la actriz Sol Pavez, autora, directora y co-protagonista de “Quizás...”, que se presenta en la sala Tadrón los sábados a las 20.
HECHOS & PERSONAJES es una idea de Luis Alberto Vázquez, responsable de la conducción de este ciclo que nació allá por 1990 en FM Palermo. La locución y producción general recae en Juan Pablo Romero. El equipo periodístico está integrado por Guido Gutiérrez Mónaco, Daniela Sea, Lucas Verduci, Gala Núñez y Marina Márquez, con la participación especial de la periodista Elsa Bragato. Sale al aire todos los sábados de 13 a 15 y los oyentes tienen una activa participación con consignas que se renuevan semana a semana, lo que les permite obtener valiosos premios. Escúchenos, queremos escucharlo.

 CUENTOS EN CONCURSO
La Legislatura porteña lanzó el concurso de cuentos “Yo te cuento Buenos Aires II – Edición Bicentenario”, que propone la publicación de una antología de 26 narradores inéditos argentinos cuyos cuentos seleccionados deberán narrar un relato de ficción de tema libre ambientada en la ciudad de Buenos Aires y que esté enmarcada en algún momento de la historia nacional de estos doscientos años. Los participantes deben ser mayores de 16 años y el plazo de recepción de los trabajos concluye el 8 de octubre de 2010. Más información en www.legislatura.gov.ar/concurso Consultas en [email protected]

 GENTE SIN TECHO
La ola de frío que azota a Buenos Aires pone nuevamente en evidencia la situación desoladora que atraviesan muchos seres humanos que viven a la intemperie. Se puede hacer algo por ellos. El gobierno porteño dispone de paradores (dos son solamente para hombres, uno para mujeres, otro para madres con hijos y uno más llamado Centro Puerto Pibes que aloja exclusivamente chicos) que permanecen abiertos las 24 horas todos los días del año. Para contactarlos hay que llamar al 108 e informar sobre la ubicación geográfica de estas personas desamparadas. De inmediato pasarán a asistirlos.

 

 
 
 
ORIGENES
 
DIEGO OMAR BENITEZ, TIULAR DEL LOCAL DE COMPOSTURA DE CALZADOS
“EL CHICHE II”
“Nací el 25 de noviembre de 1973 en el hospital Vélez Sársfield, ubicado en el barrio de Liniers. Mi familia residía en San Justo, que es donde transcurrió mi infancia. Nuestra casa estaba muy cerca de la intersección de la ruta 3 con el camino de cintura. Cursé la primaria en el Instituto Ricardo Gutiérrez. Comencé la secundaria en el William Morris, pero no completé los estudios porque era medio vago y preferí trabajar ayudando a mi padre Nacianceno en su zapatería. Los ratos libres los disfrutaba en un terreno baldío en el que jugábamos al fútbol, al basquetbol, a las escondidas y donde organizábamos memorables competencias en bicicleta. Confieso que uno de nuestros pasatiempos favoritos era un jueguito que inventamos con los pibes de la zona y que consistía en formar una especie de grupos comando tipo Swat. Aprovechábamos al máximo las irregularidades de ese campito y hasta armábamos chozas como refugio.

Pasé una infancia muy sana, con muchas actividades al aire libre, porque por entonces las calles eran muy seguras. A los 18 años me tocó la colimba y me trasladaron a Tierra del Fuego. Me acuerdo que tuve que hacerle guardia de honor al presidente Menem y hasta tengo una foto con Alfonsín en un comité radical… Cuando mi viejo vio esa imagen casi me deshereda, porque era peronista de pura cepa y no concebía que su hijo estuviera con uno de ‘la contra’. Con el tiempo se olvidó de ese episodio y se sintió muy orgulloso cuando supo que seguiría sus pasos en el mismo rubro comercial que él había elegido. Nuestro local ‘El Chiche II’ está cumpliendo dieciséis años en el barrio”.

   
Su DESTINO en el HOROSCOPO
 

ARIES: Las energías estarán puestas en la pareja y la familia. En el área laboral deben considerar todos los asuntos priorizando la reflexión antes de tomar decisiones apresuradas. Asignen un espacio importante al descanso porque el estrés puede perjudicarlos. Estarán muy activos y con ganas de ampliar su espectro social.


TAURO: Mucha vitalidad y grandes posibilidades de concretar viajes y deseos postergados. Más optimismo y paciencia en las relaciones afectivas. En el plano laboral deben encarar cada paso con una actitud positiva y gran practicidad. Viento a favor para que las nuevas propuestas avancen en todos los ámbitos.


GEMINIS: Excelente etapa para compartir ese inmenso caudal de amor y romanticismo que los acompaña. Obstáculos en el campo del trabajo. Resulta imprescindible dinamizar las relaciones con amigos. Ingenio para mejorar las finanzas, que atraviesan un período con marcados altibajos.


CANCER: En materia económica se perfilan cambios muy benéficos. Concretan un sueño largamente esperado. En el plano sentimental afianzan el vínculo con su pareja y sus seres queridos. No descuiden los controles médicos porque ingresan en una fase crítica. Dinamismo y soltura en el empleo, donde reconocerán sus méritos.


LEO: Buscarán incansablemente la manera de superar esos problemas económicos que tanto los perturban. Pueden actuar con demasiada autosuficiencia. Inspiración en todo lo atinente al amor y los sentimientos en general. Hay que estar atentos a ciertas señales incómodas que provienen del aparato circulatorio.


VIRGO: Se avecinan grandes cambios en el hogar. Una relación amistosa puede convertirse en un vínculo perdurable. Los conflictos laborales tienden a diluirse. Tiempo propicio para organizar proyectos y encauzarlos por un camino positivo. No dejen de lado los tratamientos médicos sugeridos por sus profesionales de confianza. 


LIBRA: Creatividad, imaginación y talento que se potencian para generarles sustanciales mejoras económicas. Una fluida comunicación los ayuda a destrabar problemas con sus compañeros de tareas. Es necesario que encuentren alguna actividad que les permita alcanzar la armonía y el equilibrio que están demandando.


ESCORPIO: Momentos inolvidables a nivel afectivo. Traten de confiar más en sus propias fuerzas y capacidades. Notable esfuerzo a nivel laboral, donde comienza una etapa de progresos y conquistas. No repriman sentimientos. Escuchen con atención las recomendaciones de sus seres queridos.


SAGITARIO: Potencien aquellas actividades que pueden ser el prólogo de un mayor bienestar personal, social y económico. El amor ingresa en una fase trascendental, con enormes posibilidades de concretar sus mejores anhelos. Cambios y renovaciones que impactan favorablemente en su entorno.


CAPRICORNIO: Pasión y seducción con su pareja. En el trabajo deben ser cautos y aplazar decisiones para los meses venideros. Con su natural prudencia podrán sortear una serie de episodios que pueden afectar su sensibilidad. Incordios que debilitan el vínculo con amigos y vecinos. Su organismo reclama mayor atención.


ACUARIO: Las perspectivas de enriquecimiento en el plano afectivo y emocional resultan muy atractivas. Conexión armoniosa con gente de la que estaban distanciados. No se desesperen frente a algunos fracasos porque serán pasajeros. Deben cuidar la zona ósea y seguir las recomendaciones de los médicos.

 

PISCIS: Van a tener que encarar sus compromisos con más organización, sin dejar nada librado al azar. Urge la necesidad de ajustar su presupuesto. Alta gratificación personal en temas relacionados con el trabajo. Su bienestar interior será decisivo para enfocar los desafíos que aparecerán en el corto plazo.

Guadalupe Vallejos
Prof. de Psicología, Filosofía y Ciencias de la Educación,
Astróloga y Tarotista.
Consultas: 4864–5651.

 
 
 
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